Hoy vamos a trabajar sobre nuestra audición y qué podemos hacer de ahora en adelante para mejorarla e incrementarla.
Quiero contarte sobre un libro muy interesante que leí hace algunos meses y del que hablé en el video anterior, que plantea la importancia fundamental que tiene mantener activa nuestra mente y nuestros sentidos en las diferentes etapas de la vida y en especial para el Adulto Mayor.
La Obra Social Fundación ”la Caixa” ha publicado una guía titulada “Vive el envejecimiento activo. Memoria y otros retos cotidianos”. En esta guía o manual nos menciona que:
La pérdida de audición se da de forma muy gradual, pudiéndose iniciar entre los 40 y los 50 años.
La capacidad auditiva es especialmente sensible al aumento de edad para los sonidos de alta frecuencia (agudos), en particular en personas que, de jóvenes, estuvieron expuestas a situaciones muy ruidosas.
Hacia los 50 años pueden apreciarse cambios en la nitidez de la percepción auditiva.
Una queja frecuente es oír hablar a la gente pero no poder comprender lo que dicen. Las palabras que tienen cierta similitud pueden sonar igual (puerta/puesta, coser/cocer/comer, balón/barón, sueco/zueco, etc.).
Los cambios auditivos a consecuencia de la edad reciben el nombre de presbiacusia.
Una causa frecuente de pérdida de audición es la presencia de cerumen impactado (los conocidos tapones de cera), que debe ser extraído por el médico.
Otro problema auditivo que, con bastante frecuencia, padecen las personas mayores son los acúfenos (también conocido como tinnitus), que es la sensación periódica o constante de un sonido anormal persistente, como un silbido, un timbre, un murmullo, etc.
Los acúfenos pueden ocurrir como algo espontáneo, pero asociados a una sensación de mareo; también pueden ser el síntoma de un trastorno conocido como la enfermedad de Ménière, por lo que siempre es recomendable consultar al médico si se experimentan estas sensaciones.
En cualquier caso, las implicaciones derivadas de la pérdida auditiva pueden tener importantes efectos en la calidad de vida de la persona afectada.
Indicadores de pérdida auditiva
Debemos realizar una revisión auditiva si cualquiera de estas situaciones es frecuente en nuestra vida cotidiana:
- Constantemente pedimos que se nos repitan palabras en las conversaciones.
- Necesitamos aumentar el volumen de la radio o la televisión, aun cuando los demás parecen oírlas bien, o cuando estamos solos y llega alguien nos cuestiona lo alto del volumen.
- Nos cuesta comprender más las cosas en entornos ruidosos que a otras personas.
- No comprendemos bien cuando nos hablan desde atrás o desde lejos.
Algunos consejos
La prevención de la hipoacusia
Pese a poder ser una consecuencia del envejecimiento, la pérdida auditiva también está asociada a ciertos factores de riesgo que pueden jugar un papel importante en su aparición, como infecciones del oído medio, exposición crónica a sonidos o ruidos altos, o el tabaquismo.
La pérdida auditiva puede prevenirse, o al menos minimizar su impacto, tomando una serie de precauciones en la vida cotidiana:
- Tratando de evitar los entornos muy ruidosos (bares musicales, discotecas, lugares en obras, etc.) o, cuando la exposición a ese tipo de sonidos sea inevitable, usando tapones protectores.
- Reduciendo el volumen de aparatos de música, especialmente cuando se escucha con auriculares o en espacios cerrados, como el coche.
- Inmunizándose contra enfermedades que puedan provocar pérdida auditiva (llevando actualizado el calendario de vacunas) y garantizando que las infecciones auditivas se traten de forma rápida y adecuada.
- Nunca hay que automedicarse, y deben cumplirse estrictamente las indicaciones dadas por el médico.
- Acudiendo a revisiones auditivas de forma regular. A partir de los 45 años es recomendable hacerlo cada 2-3 años.
Los audífonos, aunque muy útiles, nunca sustituyen a la audición normal. Por ello, tanto si se cuenta con ayudas correctoras como si no, veamos algunos consejos para minimizar el impacto de la pérdida auditiva en la vida diaria.
La conversación cuando se padece hipoacusia
- Si tenemos audífono, asegurarnos de llevarlo puesto y de que se encuentra en óptimas condiciones (volumen, limpieza, batería, etc.).
- Tratar de eliminar o reducir los sonidos de fondo: apagar la televisión o la radio, cerrar la ventana si proviene mucho ruido de la calle, solicitar una zona tranquila en los restaurantes, etc.
- Indicar a nuestro interlocutor que tenemos problemas auditivos y pedirle que trate de vocalizar y que nos mire cuando habla, pero que no eleve exageradamente el volumen de su voz, ya que ello no hará necesariamente el mensaje más comprensible (al contrario, a menudo puede distorsionarlo aún más).
- Periódicamente, ir repitiendo lo que hemos entendido para que nos digan si es o no correcto.
- Tratar de tener papel y lápiz a mano para que nos puedan escribir las palabras que, a pesar de varios esfuerzos, no hemos logrado comprender.
La conversación con alguien que padece hipoacusia
Si la persona con la que interactúa tiene problemas auditivos, es importante que tenga en cuenta los siguientes consejos:
- Antes de empezar a hablar, asegúrese de que le está prestando atención.
- Háblele de frente y mirándole a los ojos. Si es necesario, diríjase principalmente hacia el lado por el que el oyente muestre preferencia.
- Hable claro y no muy rápido.
- No grite. Hable a un volumen normal, a no ser que el oyente le indique otra cosa.
- Trate de evitar los lugares ruidosos cuando quiera conversar con él/ ella y, siempre que sea posible, suprima o minimice los sonidos del entorno (televisión, radio, cerrar puertas, ventanas, etc.). Aunque la persona use audífono, el exceso de ruido puede causar interferencias en el aparato.
- Si no le entiende, aclare la frase o la idea con palabras más simples y, si es necesario, escriba lo más difícil de entender (una frase, una palabra en concreto, etc.).
- Enriquezca su habla con gestos, expresiones faciales, señalamientos, etc. En ocasiones puede ser útil hacer algún gesto que indique claramente que se abandona un tema para pasar a otro.
- No hable con la boca llena, ni mascando chicle, ni fumando. Recuerde que, probablemente, la persona con problemas auditivos se ayude de la lectura de sus labios.
- Sea paciente y positivo. A menudo, tomarse la situación con humor ayuda a que ambos interlocutores se sientan más relajados.
El 02 Octubre del 2018 en el artículo “5 actividades que pueden ayudarte a mejorar tu audición” (original en inglés) de Lauren Mitchell aconseja lo siguiente:
Ejercicio diario
Ya sea corriendo, saltando, brincando o nadando, el movimiento y el ejercicio diarios mejoran la circulación sanguínea hacia el oído interno, más específicamente hacia la cóclea.
La cóclea es la parte de su oído responsable de convertir las vibraciones del sonido en impulsos nerviosos. El flujo sanguíneo saludable también previene la pérdida de neurotransmisores, los mensajeros en su cerebro responsables de transportar estas señales.
Un estudio que siguió a 68 000 enfermeras durante unos 20 años descubrió que dos horas de ejercicio a la semana son suficientes para reducir el riesgo de pérdida auditiva.
Yoga
Al igual que otros tipos de ejercicio, el flujo y reflujo del yoga ayuda a mejorar la circulación sanguínea en los oídos. Varias poses y posiciones están dedicadas a proteger y mejorar la audición.
Estas poses incluyen las poses de árbol, loto, triángulo y camello.
También se sabe que el yoga alivia el sufrimiento de los pacientes con tinnitus.
Los investigadores han descubierto que con la práctica continua de yoga, se pueden reducir el estrés y los síntomas del tinnitus.
Jugando juegos
Mantener su cerebro sano y en forma puede reducir su riesgo de pérdida auditiva.
Se ha descubierto que jugar juegos que prueban sus habilidades de audio, como los que se encuentran en línea o en aplicaciones, mejora la audición.
Los investigadores probaron un grupo de personas mayores donde a la mitad del grupo se les dieron juegos estimulantes de la memoria y la otra mitad se enfocaron en seguir las corrientes de conversación. Se encontró que quienes siguieron las conversaciones pudieron mejorar su capacidad auditiva.
Realice un seguimiento de la exposición personal al sonido en su oído para disfrutar de su música de forma segura y duradera.
Ubicación de sonido
Esta actividad es fácil y puede realizarla prácticamente en cualquier lugar. Ya sea que esté en la fila de la tienda o acostado en la cama, intente captar los diversos sonidos y zumbidos a su alrededor.
Trate de distinguir qué está haciendo esos sonidos. Vea si puede filtrar los ruidos por un momento y luego volver a enfocarlos.
Esta actividad de audio puede ayudarlo con conversaciones en entornos ruidosos.
Ayuda a filtrar el ruido de fondo mientras te concentras en la conversación.
Meditación
La meditación ha existido durante miles de años y ha sido elogiada por tener innumerables beneficios para la salud. Por lo tanto, no es de extrañar que mejorar su audición sea uno de ellos.
Sentarse quieto y aquietar su mente ayuda a regular su presión sanguínea y su flujo.
La meditación también ayuda a reducir el estrés en su vida diaria. El estrés puede causar estragos en su sistema y sus neurotransmisores a menudo están en la línea de fuego.
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