Hoy vamos a trabajar sobre qué podemos hacer cuando hay un deterioro cognitivo leve (entre el envejecimiento normal y la demencia), teniendo en cuenta qué ejercicios podemos realizar de ahora en adelante para mejorar este aspecto de nuestra vida.
Seguimos analizando el libro del que hablé en artículos anteriores de La Obra Social Fundación ”la Caixa” “Vive el envejecimiento activo. Memoria y otros retos cotidianos”.
Anteriormente, hemos hablado y ejemplificado cómo afecta el envejecimiento a las capacidades cognitivas y, entre ellas, a la memoria. Se ha pretendido transmitir la idea de que, aunque la edad realmente puede afectar, de una u otra forma, al rendimiento mental, no debe ser considerada un trastorno, ya que forma parte de los efectos derivados del envejecimiento.
¿Qué sucede cuando una persona se encuentra en un punto intermedio entre estos dos extremos, el envejecimiento normal y la demencia?
¿Qué pasa cuándo una persona piensa que sus fallos de memoria exceden de lo que sería esperable solo por su edad?
Habría que indagar más profundamente en la frecuencia de estos problemas de memoria, el tiempo que hace que empezaron a producirse o agudizarse claramente, si se está pasando por algún momento delicado (la pérdida de un ser querido, un estado de ánimo deprimido, estar muy sensibilizado con el tema de las capacidades y el envejecimiento, etc.).
Nos enfrentamos a varias posibilidades:
1. Su memoria es normal para su edad. Presenta problemas de memoria esperables en el envejecimiento. Sin embargo, últimamente está especialmente nerviosa por algún motivo y le cuesta más prestar atención y concentrarse, por lo que su memoria es mucho más frágil.
2. Los problemas de memoria son mayores de lo esperable por la edad, pero no llegan a interferir en su vida cotidiana; no llama excesivamente la atención de sus familiares, aunque sí reconocen que les sorprende que se olvide de según qué cosas. ¿Deterioro cognitivo leve?
3. Los que la conocen íntimamente están francamente preocupados porque, además de lo que ella explica, han notado que tiene otros despistes de los que ni se percata.
Les llama la atención porque ella ha sido siempre la «mente pensante» de la familia y la que siempre les ha recordado las fechas y eventos relevantes.
Ahora, sin embargo, alguna vez ha preparado comida solo para dos (su marido y ella) cuando su hija había llamado para avisar de que vendría a comer con su hijo mayor. O, por ejemplo, no recordó el cumpleaños de ese mismo nieto, cuando siempre había sido la primera en felicitarle. Pero lo que más les preocupa es que, a menudo, no recuerda el día, el mes, la época del año o, incluso, el año en el que estamos. ¿Demencia incipiente?
¿Qué es el deterioro cognitivo leve (DCL)?
El DCL está considerado como un punto intermedio entre los cambios cognitivos propios del envejecimiento normal y los cambios más serios causados por la enfermedad de Alzheimer u otras demencias. Aunque se han empleado muchos términos para describir esta fase intermedia, el de DCL (en inglés, MCI) es el más utilizado y se ha convertido en la denominación más habitual en el campo de la investigación. Hoy en día se acepta la categoría de DCL como diagnóstico en sí mismo.
Este trastorno puede afectar a distintas áreas del pensamiento y capacidades cognitivas, como la memoria, el lenguaje, la atención, el razonamiento y el juicio, la lectura y la escritura. En función de qué capacidad o capacidades estén alteradas, se han descrito distintos tipos de DCL,
Puede ser que los distintos tipos de DCL sean predictivos de distintos tipos de demencia.
La forma más frecuente de DCL es la que causa problemas de memoria. Este tipo de DCL es el conocido como DCL amnésico y se caracteriza por un tipo de pérdidas de memoria típicas de las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer, pero no llegan a cumplirse todos los criterios diagnósticos requeridos para hablar de dicha enfermedad, como, por ejemplo, no se experimenta desorientación o confusión en las rutinas de la vida cotidiana.
Es decir, la persona sigue siendo independiente para llevar a cabo su vida, aunque tal vez sea menos activa socialmente o pueda experimentar algunas dificultades en el desarrollo de las tareas más complejas.
Algunos de los signos que pueden hacer pensar en el DCL son los siguientes:
- No recordar dónde ha dejado las cosas (antes no le sucedía, o ahora le sucede con mucha más frecuencia).
- Olvidar citas o acontecimientos importantes (una visita médica importante, el cumpleaños o la próxima boda de un ser querido, por ejemplo).
- Con frecuencia, tener problemas para encontrar la palabra adecuada en las conversaciones.
- Dificultad en seguir el hilo de conversaciones.
Mientras que algunas personas con DCL amnésico desarrollarán la enfermedad de Alzheimer, otras no.
El recibir el diagnóstico de DCL no significa que necesariamente vaya a desarrollarse enfermedad de Alzheimer u otra demencia.
Los médicos e investigadores coinciden en que la enfermedad de Alzheimer, la demencia degenerativa más típica, suele tener una larga fase previa en la que los síntomas van apareciendo de forma muy sutil, apenas perceptibles en un principio.
Además, es conocido que los cambios en el cerebro empiezan a producirse varios años antes del inicio de los efectos cognitivos y conductuales observables. Así pues, las personas destinadas a padecer la enfermedad de Alzheimer pasarán primero por una fase intermedia en la que, aunque empiezan a dejarse sentir los primeros síntomas, aún no se puede hablar de un diagnóstico claro de demencia.
De hecho, muchos expertos creen que el DCL puede ser un aviso precoz de un próximo desarrollo de demencia.
En resumen, el DCL puede ser el preámbulo de la enfermedad de Alzheimer, de una demencia vascular o de otras enfermedades secundarias que puedan causar demencia, pero en algunos casos el DCL puede ser la manifestación de algún trastorno estable o reversible que no progrese a demencia.
Sospechas. ¿Qué hacer?
Los olvidos o fallos de memoria del envejecimiento normal son leves e intrascendentes.
Tal vez nos olvidemos de dónde hemos dejado las llaves o no recordemos en qué planta hemos dejado el coche en el aparcamiento.
Quizá no recordemos el nombre de una antigua compañera de trabajo cuando nos encontramos casualmente en la calle. Pero este tipo de fallos no deben preocuparnos.
Debemos prestar más atención si empezamos a olvidar cosas que normalmente recordábamos, como las visitas médicas o la cita semanal con amistades.
Estas cosas pueden sucedernos a todos esporádicamente, pero si se convierte en un patrón repetitivo podría ser un síntoma de DCL.
Los criterios diagnósticos principales para el DCL amnésico son los siguientes:
- Quejas de una persona de que tiene problemas de memoria, preferiblemente corroborado por algún familiar o amigo cercano.
- Capacidad de juicio, percepción y razonamiento normales.
- Ausencia de afectación del desarrollo de las actividades cotidianas (o afectación mínima de las más complejas).
- Disminución del rendimiento en memoria constatado por pruebas cognitivas (test), en comparación con otras personas de edad y nivel educativo similares, para lo que es necesario realizar una evaluación neuropsicológica.
En el DCL suelen producirse los mismos cambios cerebrales que en la enfermedad de Alzheimer o que en otras formas de demencia.
La diferencia está en la extensión de tales cambios, mucho más limitada en el DCL.
Aunque no es posible predecir quién padecerá DCL y quién no, sí existen algunos factores de riesgo que pueden hacer que algunas personas sean más susceptibles al mismo.
Por un lado, pueden propiciarlo factores genéticos, como el tener determinadas características en un gen denominado apolipoproteína E (APOE), que ha sido relacionado con la enfermedad de Alzheimer.
Otros factores de riesgo para padecer DCL son:
- tener la tensión arterial alta y/o diabetes;
- mantenerse poco activo física, social y mentalmente; y
- tener un bajo nivel educativo.
Las personas con DCL tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer o alguna otra demencia, pero, como se ha dicho anteriormente, no es definitorio.
Si usted o algún familiar o amigo suyo han detectado que su memoria empeora progresivamente, que se repiten el mismo tipo de olvidos con frecuencia o que olvida cosas que antes nunca hubiera olvidado, es importante acudir al médico para que realice una valoración.
Inicialmente se recomienda acudir al médico de cabecera, quien decidirá si es pertinente o no la consulta a un especialista.
Debido a la presión asistencial sufrida en numerosos consultorios médicos, es probable que el profesional disponga de poco tiempo para realizar la visita, por lo que tanto él como usted agradecerán llevar cierta planificación.
Puede ser de gran utilidad llevar anotadas algunas consideraciones, como:
- Descripciones detalladas de los síntomas, si es posible dando ejemplos concretos.
- Lista de todas las medicaciones que toma y su dosis, incluyendo aquellas que no precisan receta médica.
- Algunas preguntas que le gustaría hacer al médico, como qué tipo de pruebas le realizarán o si debe volver a la consulta pasado un tiempo.
Por su parte, el médico probablemente le preguntará sobre los cambios en su memoria y, si los ha habido, sobre su personalidad y estado de ánimo.
Le pedirá antecedentes familiares de enfermedades que puedan ser relevantes, así como antecedentes personales suyos, como saber si ha padecido:
- problemas circulatorios cerebrales (embolia, apoplejía, etc.),
- traumatismo craneoencefálico,
- depresión,
- abuso de alcohol u
- otros trastornos neurológicos.
Aunque no existe ninguna prueba que pueda confirmar el diagnóstico de DCL, el médico tratará de descartar otros factores que pudieran estar causando sus síntomas.
Por ello, puede ser que le realice o solicite la realización de distintas pruebas:
- Exploración neurológica. Como parte del examen físico, el médico probablemente compruebe la posible presencia de signos indicativos de algunas enfermedades neurológicas, como enfermedad de Parkinson, problemas vasculares cerebrales, tumores u otros trastornos que puedan alterar la memoria. En el examen neurológico suelen explorarse, entre otros, los reflejos, movimientos oculares, equilibrio y sensibilidad al tacto.
- Es muy probable que le solicite la realización de un análisis de sangre, ya que una simple analítica puede ayudar a descartar problemas físicos que estén afectando a la memoria, como una deficiencia de vitamina B12 o alteraciones tiroideas.
- Pudiera ser que el médico considerara apropiado realizar un escáner o una resonancia magnética para descartar la presencia de problemas vasculares cerebrales o de un tumor.
- Valoración del estado mental y/o evaluación neuropsicológica. Es muy probable que, en la misma consulta del médico, le realicen un breve test para valorar sus funciones cognitivas elementales y, para ello, le formularán algunas preguntas sobre orientación en espacio y tiempo, y le pedirán la realización de unos breves ejercicios de atención, comprensión, memoria, lectura y/o escritura y dibujo.
Si los resultados en este tipo de prueba breve así lo sugieren, es posible que se le solicite una valoración neuropsicológica amplia, que puede suponer la realización de varios test en más de un día.
Este tipo de evaluación, realizada por un neuropsicólogo, permite conocer en detalle sus capacidades cognitivas. Por decirlo de alguna manera, es como si se obtuviera un «mapa» de sus capacidades en cuanto a lenguaje, memoria, orientación, atención, concentración, razonamiento, etc.
Sus resultados se compararán con los de personas de edad y nivel educativo similares. Por un lado, este tipo de evaluación aporta información muy útil que ayuda a orientar el diagnóstico y, por otro, sirve de referente de base para poder realizar un seguimiento detallado de su evolución en el tiempo.
Si la alteración es de tipo amnésico y parece evidente que, más allá del DCL, se trata de un indicio de enfermedad de Alzheimer en fase muy inicial, no podrá curarse el trastorno, pero un tratamiento con la medicación adecuada puede contribuir al enlentecimiento del curso de la enfermedad.
Por otra parte, el DCL puede derivar de otras alteraciones cuyo tratamiento contribuirá claramente a la reducción de los problemas cognitivos.
Por ejemplo, puede ser que una persona con DCL tenga una hipertensión no controlada.
La tensión arterial alta puede producir alteraciones en los vasos sanguíneos y en la circulación cerebral, y, como consecuencia, pueden experimentarse problemas de memoria y otras dificultades cognitivas.
Con un tratamiento adecuado y un buen control de la tensión arterial es posible minimizar esos síntomas o modificar su progresión.
Es frecuente que muchas personas con DCL padezcan un trastorno depresivo, y la depresión, en sí misma, puede causar problemas de memoria.
Por lo tanto, tratar adecuadamente la depresión puede ayudar a mejorar la memoria, a la vez que hacer que resulte más fácil afrontar los cambios en la propia vida.
Apuntes sobre el tratamiento
Si el DCL resulta ser secundario de algún problema médico, tratando dicho problema muchas veces la situación será reversible o mejorará claramente (excepto cuando la causa en cuestión haya provocado alguna lesión cerebral irreversible).
En la actualidad, las medicaciones indicadas en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer no están aprobadas para su prescripción en el DCL.
Cuando un profesional tiene firmes sospechas de que el DCL es, en realidad, el inicio de la enfermedad de Alzheimer, su diagnóstico es este último y, entonces sí, prescribe el tratamiento apropiado.
Consejos sobre estilo de vida y buenos hábitos
El hecho de ser diagnosticado de DCL puede suscitar dos tipos de reacciones: recibirlo con optimismo o con pesimismo. El optimista pensará que aún existe la posibilidad de que su situación no vaya a peor, mientras que el pesimista pensará que, probablemente, está en el inicio de una enfermedad de Alzheimer u otra demencia.
En cualquier caso, es necesario convencerse de que, en el momento actual, se es competente y hay que seguir adelante, disfrutar de la vida y tratar de no hacer de los problemas de memoria la preocupación central de su vida, ya que la ansiedad que consiguientemente se genera suele hacer que la memoria empeore.
Eso sí, es importante mantener un estilo de vida activo y saludable y cumplir con el seguimiento clínico que el médico recomiende para valorar su progresión.
Aunque los estudios científicos muestran resultados diversos sobre la eficacia de los siguientes consejos para prevenir o combatir el DCL, lo que es seguro es que forman parte de un estilo de vida saludable que todas las personas mayores, con o sin DCL, deberían incorporar en su rutina:
- Evitar el aislamiento. Las personas con una vida social limitada o que pasan mucho tiempo solas pueden tener mayor riesgo de desarrollar una demencia.
- Mantenerse socialmente activo: participar en programas de voluntariado, acudir a reuniones de amigos y/o familiares, salir a realizar la compra, ir al cine o al teatro, etc. Además de combatir la soledad, este tipo de actividades contribuyen a mantener la mente ágil.
- Hacer ejercicio físico puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar problemas de memoria.
- Alimentarse correctamente. La dieta mediterránea, rica en verduras, legumbres, frutas, cereales, pescado y aceite de oliva, y pobre en grasas saturadas ha sido asociada a un menor riesgo de padecer DCL7 y Alzheimer.
- Dormir bien. A menudo, los problemas de memoria están relacionados con alteraciones del sueño. Ejercitar el cerebro. Realizar actividades que impliquen desafíos intelectuales, es decir, ejercitar la mente, ha sido frecuentemente asociado a mejores rendimientos de memoria.
En el caso del DCL, puesto que las capacidades cognitivas están relativamente conservadas, es un buen momento para aprender y utilizar estrategias que ayuden a compensar los problemas de memoria.
Aspectos destacados (resumen)
El DCL puede ser la manifestación de distintas condiciones médicas.
- Puede ser una manifestación de efectos secundarios de algunas medicaciones.
- Puede ser secundario a una depresión primaria (que sucede por sí misma, sin causa aparente) o reactiva (secundaria de un suceso vital).
Las personas que han perdido a su pareja o a otro ser querido a menudo padecen un importante decaimiento físico y emocional, que puede conllevar cambios en el equilibrio neuroquímico del cerebro.
Cuando se padece una depresión no se registra la información tan bien como antes, es fácil estar más distraído y no prestar atención.
Si la depresión es tratada adecuadamente y esa era la causa, los problemas cognitivos mejoran claramente.
- Puede ser secundario a distintos trastornos médicos, como alteraciones hormonales, enfermedades infecciosas, alteraciones vasculares cerebrales, deficiencia de ciertas vitaminas, etc.
A menudo, tratando el trastorno subyacente la memoria y la cognición en general se recuperan.
- El tipo de demencia más común, la enfermedad de Alzheimer, así como otras formas de demencia, pasa previamente por un estado de DCL.
Es decir, todos los enfermos de Alzheimer han pasado inicialmente por ese estado, pero no todas las personas que padecen DCL desarrollarán la enfermedad de Alzheimer u otra demencia.
- Es esencial una valoración profesional cuando creemos que las cosas no marchan bien con nuestra memoria o cuando experimentamos otras dificultades cognitivas.
El equipo médico tratará de distinguir aquellas personas que realmente parecen encontrarse ante un inicio de demencia de las que pueden padecer otros trastornos que expliquen esa situación, o de las que, simplemente, experimentan cambios propios del envejecimiento.
Solo así podrá enfocarse el caso de la forma más apropiada terapéuticamente.
- No existe ningún tratamiento farmacológico aprobado expresamente para el DCL, pero sí es posible tratar los trastornos que puedan estar en su base, si es el caso, o la incipiente enfermedad de Alzheimer u otra demencia, que puede ser considerada una vez valorado el caso en detalle.
- El compromiso activo de la persona que padece DCL y de su contexto familiar es inestimable para que las estrategias de afrontamiento del trastorno sean efectivas.
Cómo ayudar a alguien con deterioro cognitivo leve (DCL)
En la mayor parte de casos, como reacción inicial, a la familia y amigos se les suele hacer difícil aceptar las pérdidas de memoria de un ser querido como un problema médico real.
Algunos, erróneamente, creen que la persona que presenta fallos de memoria lo hace queriendo, por algún motivo: por pereza (si se «olvida» o evita llevar a cabo algunas obligaciones), por molestar, por falta de interés, por llamar la atención, etc.; pero, cuando pasan más tiempo con dicha persona, empiezan a comprender que el asunto es más serio de lo que pensaban y se dan cuenta de cómo los problemas de memoria influyen en su vida cotidiana.
Las personas con DCL, en general, quieren seguir sintiéndose útiles, productivas e independientes. Muchos expresan que no quieren convertirse en una carga para su familia.
A continuación se sugieren ideas para ayudar a alguien con DCL, englobadas en dos grandes conceptos: apoyo y respeto.
Apoyar y animar
- Aceptar el problema de la memoria como algo real.
- Permitirle que lleve a cabo sus rutinas diarias a su ritmo.
- Facilitarle momentos sin interrupciones para permitirle recuperar información cuando trata de recordar algo.
- Ayudarle a sentirse útil pidiéndole colaboración en tareas domésticas.
- Promover sensaciones de éxito pidiéndole las tareas de una en una.
- Animarle y ayudarle a estar físicamente activo.
- Evitar sobreprotegerle.
Ser paciente y respetuoso
- Aprender a reconocer los signos y síntomas del DCL.
- Tratar a la persona como adulta que es.
- Hacerle partícipe de nuestras relaciones sociales y/o animarle a mantener las suyas.
- Responder cada vez a la misma pregunta como si fuera la primera vez que la hace.
- Evitar empezar o terminar las frases con «Ya te lo he dicho…».
- Procurar no interrumpirle cuando habla.
- Evitar hablar de él sin hacerle partícipe de la conversación. Es decir, no hablar de él en su presencia, como si no estuviera o sin tenerle en cuenta.
- Hablarle con normalidad; solo simplificar el lenguaje si nos dice que no nos entiende.
- Tener mucha paciencia y sentido del humor.
Ahora ya sabemos cuáles son las medidas que podemos y debemos tener en cuenta en lo relativo al DCL (deterioro cognitivo leve), entonces...
Solamente queda poner ¡manos a la obra!
Sacado de https://www.ecognitiva.com/
Cuaderno 1
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