viernes, 19 de agosto de 2022

Cómo planificar tus proyectos de vida

Hoy vamos a trabajar sobre los recursos y las fortalezas asociadas tanto al desarrollo personal como al bienestar emocional que nos ayudará a tener una mejor calidad de vida y poder así planificar mejor tus proyectos de vida.


Usaremos para este artículo el libro llamado: Programa de Personas Mayores. Vivir En Positivo, Vivir Bien, Sentirse Mejor de la Fundación Bancaria ”la Caixa”. 2016. 


A lo largo del ciclo vital, las personas establecen y desarrollan entramados sociales que las acompañan durante la vida, y que generalmente son fuentes de apoyo emocional e instrumental. 


Paralelamente, las relaciones sociales se construyen y se mantienen en virtud de muy distintas competencias y habilidades que se van consolidando a lo largo de la vida.


Los conflictos forman parte natural de estas relaciones sociales que sustentan el apoyo social. 


Entendemos por conflicto aquellas situaciones en las que dos o más personas entran en desacuerdo porque sus percepciones, posiciones, intereses, necesidades, deseos o valores son incompatibles o percibidos como incompatibles. 


¡Vivir es tener conflictos! O, para expresarlo desde otra perspectiva, los conflictos son parte de la vida. 


Antes que no hacerles frente o rechazarlos, lo que debemos aprender es a gestionarlos y manejarlos, para considerarlos una oportunidad de crecimiento personal y para mejorar la situación o relación.


La gestión eficaz de los conflictos, además de favorecer la permanencia de las relaciones sociales, ayuda a minimizar o eliminar el malestar emocional generado cuando existen dificultades en las relaciones sociales, especialmente en las que resultan más significativas.


La puesta en marcha de competencias asociadas a la empatía y a la escucha activa contribuye a plantear los conflictos desde una perspectiva que incluye a todas las partes implicadas


La aplicación de dichas competencias ayuda a comprender e interpretar las situaciones y a reaccionar de modo eficaz ante ellas.


Sin embargo, existen conflictos que, por distintos motivos, no pueden resolverse, y con los que hay que aprender a convivir.


En algunos de estos casos puede surgir la ocasión, pasado algún tiempo, de actuar y aclarar nuestros puntos de vista y de entender los de las demás personas implicadas en la situación conflictiva. 


En otros casos será necesario aprender a convivir con ello. El paso del tiempo y los aprendizajes de la vida pueden ayudarnos a interpretar los conflictos de tal forma que dejen de ocasionarnos inquietud y malestar.




Vamos a repasar algunas pautas que ya vimos en videos anteriores sobre la escucha activa como herramienta de comunicación con los demás y que nos ayudará mucho con la resolución de conflictos.


¿Cómo Prácticar La Empatía y La Escucha Activa?


1. Escuchar atentamente lo que los demás dicen, sin estar pensando en lo que se dirá ni dar opiniones a la ligera.

2. Preguntar a la persona para entender sus razones.

3. No interrumpir cuando alguien está hablando.

4. No expresar por adelantado lo que va a decir la otra persona.

5. No ignorar o negar los sentimientos de la otra persona. Aceptar las discrepancias y faltas de acuerdo con naturalidad, ya que a veces no es posible el consenso.

6. Favorecer que los demás digan lo que piensan e invitarlos a que lo hagan positivamente, y no desde la agresividad.

7. Comprobar que es posible aprender de la situación conflictiva.


Otro factor a tener en cuenta es La Soledad


Hoy en día, cada vez más personas de edad viven en soledad. Muchas de ellas lo han elegido así, y otras muchas deben hacerlo a consecuencia de cambios en las relaciones con las personas con las que convivían, como por ejemplo en el caso de separación o fallecimiento.


Por otro lado, en ocasiones la soledad puede conllevar aislamiento social, de modo que se pierdan las relaciones sociales, no se establezcan otras nuevas, etc. En definitiva, vivir en soledad puede ser una situación de riesgo para la salud y el bienestar.


Así, algunos estudios ponen de manifiesto que la soledad puede estar asociada a desajustes emocionales como la ansiedad y la depresión.


Asimismo, también se ha evidenciado que la incorporación y consolidación de hábitos relacionados con el autocuidado de la salud física, emocional y social constituyen recursos valiosos para afrontar los cambios asociados a la vida en soledad.


Sin embargo, vivir en soledad también puede suponer ventajas para la autonomía y la independencia. 


Las personas que viven de este modo pueden organizar su vida en función de sus intereses y preferencias. 


Generalmente, viven en su vivienda habitual, disponen de su tiempo, organizan su vida a su manera y, consiguientemente, planifican y desarrollan por sí mismos su día a día.


En otras palabras, hay una soledad «buena», ligada al crecimiento personal, a la posibilidad de abrir una ventana hacia nuestro interior, a la creatividad, a la contemplación de la belleza, a la posibilidad de restituirnos interiormente; y otra, «negativa», asociada al ostracismo, al aislamiento, al sufrimiento.


Pero, por encima de todo, la soledad es una experiencia subjetiva y personal, y, como tal, podemos manejarla.


Recomendaciones Para Vivir Bien En Soledad


ACTIVIDADES 

• Mantenerte ocupado.

• Cambiar el entorno.

• Hacer las cosas que te gusten.

• Hacer cosas nuevas.

• Pedir ayuda a los que te quieren.

• Buscar cosas para compartir, aunque no te apetezca.

• Cuidar mascotas.


PENSAMIENTOS 

• Decirte a ti las cosas que te pasan.

• Decir adiós a los pensamientos negativos.

• Pensar que la soledad compensa.

• Pensar en positivo.

• Pensar en los demás.


PREGUNTAS

• No todas las soledades son iguales. ¿Cuál es la tuya?

• La soledad es un sentimiento que se puede cambiar.

• Tú no eres la única persona que vive sola.

• ¿Cuáles son las ventajas de la soledad? ¿Y las desventajas?



Sentirse bien en el día a día.


Desde hace algún tiempo, se viene poniendo de relieve la riqueza de las emociones en personas de edad avanzada. Existen evidencias que señalan que las emociones se enriquecen y se hacen más complejas a medida que pasa el tiempo.


Al envejecer, como en cualquier otra etapa de la vida, se experimentan emociones, experiencias que colorean y dan significado a la vida cotidiana. 


Sin embargo, no son las situaciones en sí las que provocan emociones en la persona, sino su evaluación o etiquetado por parte de cada uno, en función de la historia personal.


El pensamiento, la acción y la emoción son las formas que tenemos de actuar ante distintas situaciones, externas (lo que sucede fuera de nuestra piel: conversaciones, cambios en el ambiente, cosas que hacen las personas, etc.) o internas (lo que sucede de la piel hacia dentro: pensamientos, recuerdos, sensaciones, etc.), y pueden originar, a su vez, una emoción o un pensamiento. 


Esta reacción (palabras, conceptos, imágenes, sonidos, etc.), es decir, la forma en que etiquetemos la situación, nos hará sentir de una u otra manera. 


Por ejemplo, ante un ruido en casa de noche podemos pensar dos cosas: que ha entrado un ladrón o que el viento ha abierto la ventana. Y las dos nos generarán emociones muy distintas, miedo o indiferencia, que harán que optemos por llamar a la policía o por seguir durmiendo.


Así, a pesar de la ocurrencia de situaciones adversas o limitaciones, es posible seguir actuando para generar emociones que contribuyan al bienestar emocional.


Todo esto nos lleva a una conclusión. Es importante activarse y reaccionar de forma emocionalmente inteligente. 


En muchos casos, las personas deben acomodarse a cambios y situaciones duras o, si no es posible, cambiarlas: «Si no haces lo que te gusta, tienes que hacer que te guste lo que haces». 


Además, el desarrollo madurativo otorga una ventaja competitiva a las personas a medida que cumplimos años, porque aumenta el control sobre las emociones, se integran mejor los pensamientos con los sentimientos, aumenta la complejidad y diferenciación emocional, y vamos adquiriendo un sesgo (una orientación natural) hacia lo positivo.


1. Las aficiones que cultivamos o las actividades de nuestro día a día son recursos que pueden potenciar nuestro bienestar emocional.


2. Las actividades que nos hacen sentir bien son distintas para cada persona, en función de sus deseos e intereses.


3. Siempre es posible identificar nuevas actividades o eventos cotidianos que contribuyan a sentirse bien.


• Sentirse bien y experimentar bienestar se relaciona con las actividades y experiencias que configuran el día a día.


• Mantener e incrementar el bienestar emocional está ligado a pequeños eventos cotidianos.


Sentirse bien depende, en buena medida, de la atención y el esfuerzo de cada uno de nosotros para identificar y experimentar sucesos aparentemente triviales y que pueden pasar inadvertidos.



¿Qué hacer cuándo me siento mal?


La experimentación de emociones negativas no es necesariamente mala. A lo largo de la evolución, las emociones negativas nos han permitido sobrevivir como especie: 


  1. la tristeza hace posible que otra gente nos ayude y apoye, 
  2. el enfado nos da fuerzas para oponernos a algo que consideramos que está mal, 
  3. el miedo nos evita peligros que podrían dañarnos, y 
  4. el dolor nos enseña con rapidez qué cosas debemos evitar. 


Las emociones negativas, aunque sean desagradables, son importantes y necesarias. ¡Cómo conocer la alegría si no se conoce la tristeza! ¡Cómo conocer la sensación de armonía si no se sabe qué es la hostilidad!


Sin embargo, aunque experimentarlas ocasionalmente es útil, su vivencia constante nos debilita, nos deprime, empeora nuestra calidad de vida y bienestar e, incluso, puede hacer que bajen nuestras defensas (existe una relación directa entre la experimentación de ansiedad crónica y el debilitamiento del sistema inmunológico). 


Por ello es importante no centrarse en las emociones negativas, aceptarlas y tratar de adaptarse aprendiendo de ellas, sin entrar en un proceso crónico. 

En esta oportunidad analizaremos el afrontamiento de las situaciones negativas.


Frecuentemente hemos oído expresiones como estas: «Contar hasta diez cuando estamos enfadados antes de decir algo de lo que podamos arrepentirnos», «Quitar hierro al asunto», «Tomarse las cosas con más calma, no tan a pecho», etc. 


Todas son recursos para afrontar situaciones teñidas de emociones negativas.


• Las emociones negativas son tan importantes para la vida como las positivas.


• No conviene focalizarse en las emociones negativas.


• Para un mayor bienestar, es necesario aceptar las emociones negativas e identificar y desarrollar estrategias que ayuden a entenderlas y gestionarlas.



El sentido del humor.


El humor es una de las fortalezas del ser humano, ya que es una forma concreta de responder a determinados eventos de la vida con un talante distinto que favorece la felicidad. Además, el humor tiene que ver con la capacidad para experimentar o estimular una reacción muy específica, la risa o la sonrisa, y así alcanzar o mantener un estado de ánimo positivo.


El sentido del humor varía considerablemente de una persona a otra, y permite responder a distintos tipos de estímulos. 


Existe humor sin risa, porque la risa no es más que una respuesta psicofisiológica a cualquier estímulo risible (emociones positivas, pensamientos placenteros, por contagio, etc.).


Al sentido del humor se le atribuyen numerosos beneficios en relación con la salud. Por un lado, beneficios fisiológicos, y por otro, beneficios psicológicos. Entre los fisiológicos, se encuentran la relajación, la estimulación del sistema inmunitario, la disminución del estrés, etc. 


Entre los psicológicos, eleva el estado de ánimo, la autoestima, la esperanza, la energía y el vigor, la memoria, etc. 


Además, el sentido del humor permite afrontar los problemas y desajustes de la vida con perspectiva y observar las cuestiones personales con distancia, ayuda a entender que nada es tan importante como parece, facilita una visión libre de miedos y fomenta la sabiduría.


Asimismo, el humor permite hacer frente al estrés de forma muy eficaz, al proveernos de otra perspectiva o de la suficiente distancia respecto del problema, al mismo tiempo que mejora la percepción de control.


El humor es un gran aliado del bienestar psicológico a través de la inducción de las emociones positivas que lo acompañan y de la reducción de las emociones negativas.


Cuando nos tomamos las cosas con humor, los pensamientos asociados provocan una emoción muy agradable, aunque distinta de la alegría, que mejora el bienestar. El humor se asocia a la mejora de las relaciones sociales, ayuda a adaptarse a situaciones conflictivas, favorece una mejor comunicación y facilita tanto el dar como el recibir apoyo.



Los Beneficios Del Humor


BENEFICIOS FISIOLÓGICOS 

• Ejercita y relaja la musculatura.

• Mejora la respiración.

• Disminuye el estrés.

• Estimula el sistema inmunitario.

• Eleva el umbral del dolor.

• Mejora la función mental.


BENEFICIOS PSICOLÓGICOS


• Disminuye las emociones negativas y fomenta las emociones positivas.

• Eleva la autoestima, la esperanza, la energía y el vigor.

• Mejora la memoria, el pensamiento creativo y la resolución de problemas.

• Mejora la interacción interpersonal.

• Mejora la colaboración con otros y la solidaridad y la cohesión.

• Promueve el bienestar psicológico.

• Mejora la calidad de vida.


• El humor es algo que se puede buscar y que está dentro de cada persona.


• El humor facilita la superación de sucesos estresantes y mejora la calidad de vida y el bienestar físico, psicológico y social.


• El humor ayuda a tener perspectiva sobre lo que nos sucede.


Teniendo en cuenta todo lo que hemos visto en este artículo podremos planificar nuestros proyectos de vida de una manera creativa y llena de nuevas posibilidades.


¡¡Ahora solamente queda poner manos a la obra!!



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