viernes, 10 de junio de 2022

Cómo construir resiliencia para enfrentar y superar las adversidades.

Hoy vamos a trabajar sobre la resiliencia para superar las adversidades que nos ayudará a tener una mejor calidad de vida.


Usaremos para este artículo el libro llamado: Programa de Personas Mayores. Vivir En Positivo, Vivir Bien, Sentirse Mejor de la Fundación Bancaria ”la Caixa”. 2016. Aquí encontramos un interesante trabajo sobre resiliencia que hoy quiero compartir con vos.



¿Qué es la resiliencia?


Boris Cyrulnik, psiquiatra francés de origen ruso y uno de los padres de la resiliencia, comentaba en uno de sus libros que la resiliencia es el arte de navegar contra corriente. 


La metáfora que propone es, aproximadamente, la siguiente. 

Por una desgracia de la vida, nos vemos empujados a un río lleno de rápidos y cataratas. 

Algunos se dejan arrastrar y golpear; otros se revelan, luchan y, con un poco de suerte, finalmente emergen y se ponen de nuevo a flote. 


La resiliencia designa la capacidad humana de superar traumas y pérdidas, es una forma de estar en la vida; en otras palabras, una actitud vital positiva que estimula para reparar los daños sufridos, las miserias de la vida.


No todo es resiliencia, y la resiliencia, como veremos más adelante, deriva de múltiples factores personales (identidad positiva, control, autoestima, etc.) que se desarrollan en contextos afectuosos y solidarios, en el marco de sanas relaciones interpersonales, a través de emociones positivas y del desarrollo de estrategias acertadas de afrontamiento.



Definiendo la resiliencia…


A los estudiosos del envejecimiento siempre les ha llamado poderosamente la atención la capacidad de las personas mayores para adaptarse a las constantes exigencias en las distintas áreas de sus vidas, logrando mantener el equilibrio y un adecuado nivel de bienestar, lo que se ha denominado paradoja del bienestar en la vejez. 


Debido a ello, algunos autores han afirmado que la vejez es una etapa caracterizada por la resiliencia. 


La resiliencia, como se ha comentado, representa la adaptación positiva de la persona a pesar de la adversidad y ante situaciones de amenaza. 


Este concepto, procede de la física que determina que la resiliencia es la capacidad de un material para recobrar su forma original después de haber sido sometido a altas presiones.



A nivel de la persona, la resiliencia se entiende como…


  • Habilidad o capacidad personal.
  • Característica positiva de la personalidad.
  • Proceso.
  • Capacidad adaptativa.


La resiliencia se manifiesta en la vida de los sujetos como…


  • Conservación de los recursos con los que contaban los individuos con anterioridad a los sucesos adversos: mantenerse bien, sobrevivir y resistir.
  • Recuperación de los recursos alterados, modificados o perdidos como efecto del evento adverso: recuperación, restauración y resurgimiento.
  • Resultados positivos que los individuos pueden construir a partir de la adversidad: prosperar, crecer, mejorar, superarse, ir más allá, fortalecerse y transformar el desastre en experiencias de crecimiento.
  • Logro de los resultados previamente mencionados: afrontamiento, ajuste y adaptación.



Las dimensiones de la vida en las que se evidencia son…


  • Salud física o emocional.
  • Estatus funcional.
  • Capacidades.
  • Balance.
  • Envejecimiento exitoso.
  • Calidad de vida.



Las situaciones que requieren activar la resiliencia son…


  • Experiencias negativas y adversas como alteraciones de la salud, enfermedades, limitaciones físicas, dependencia, etc.
  • Las experiencias negativas también incluyen pérdidas vitales mayores, el estrés, los daños potenciales, la amenaza acumulada, los retos, las experiencias difíciles y el riesgo.


Factores que potencian la resiliencia


La resiliencia es el resultado de múltiples factores protectores que pueden variar en cada etapa de la vida y pertenecer a distintos dominios.

Y es ese conjunto de recursos personales el que favorecerá la adaptación de los individuos a las situaciones adversas.


Entre los recursos cuyo valor protector ha sido probado en distintas investigaciones, se encuentran especialmente las emociones positivas, la identidad positiva, el control personal, la autoestima, el optimismo, las estrategias de afrontamiento adaptativas, la apertura a nuevas experiencias, la autoeficacia y el apoyo social. 






Analicemos algunas de estas variables:


  • A mayor identidad positiva, menor vulnerabilidad ante las crisis, así como mayor autoestima y bienestar (ambos, indicadores de resiliencia)


  • El control, tanto el primario (seleccionar las necesidades y compensar las consecuencias negativas de las pérdidas potenciales y del fracaso) como el secundario (optimizar las motivaciones y regular las emociones), tiene un papel central en la resiliencia, debido a que facilita dirigir los esfuerzos a los objetivos seleccionados, desligándose de otros que no pueden ser alcanzados y autoprotegiéndose.


  • La autoeficacia —la creencia de una persona de poseer las capacidades para desempeñar las acciones necesarias que le permitan obtener los resultados deseados— es un recurso asociado al bienestar personal de los mayores. Se sabe que interviene en la percepción de control de los individuos y en sus sentimientos ante las pérdidas, ayuda a mantener el optimismo en situaciones difíciles y activa el funcionamiento de algunos dominios, incrementando la probabilidad de mantener y optimizar su funcionamiento en áreas como la inteligencia, la memoria o la salud.


  • La autoestima se relaciona con altos niveles de bienestar a pesar de acontecimientos adversos, modera el afrontamiento ante amenazas y el estrés.


En cuanto al funcionamiento emocional positivo:


  • Las emociones positivas tienen un amplio efecto en el individuo, constituyendo un componente crucial de la resiliencia, con importantes beneficios en los procesos de afrontamiento.


  • Las emociones positivas promueven la flexibilidad de pensamiento y en la resolución de problemas, incrementan la posibilidad de recuperarse rápidamente facilitando los procesos de recuperación y el afrontamiento adaptativo, y, además, pueden eliminar la estimulación autónoma generada por las emociones negativas, de tal manera que contrarrestan sus efectos.


  • Existe evidencia de que una gran cantidad de emociones positivas pueden potenciar altos niveles de resiliencia aun en circunstancias dañinas.


  • El optimismo —definido comúnmente como la tendencia a esperar que el futuro depare resultados favorables— interviene en la relación entre los recursos personales y los eventos estresantes, promoviendo la adaptación en el intento de alcanzar metas, y es un buen predictor de la felicidad, que es un excelente indicador de resiliencia.


  • El afrontamiento —aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar situaciones externas o internas— es uno de los componentes esenciales de la resiliencia. Especialmente en el envejecimiento, el afrontamiento se dirige a ajustar o replantear los objetivos y lo que da sentido a la vida, así como a aceptar los cambios y sucesos que no pueden ser controlados de forma directa.


  • La espiritualidad se relaciona estrechamente con poseer una mejor salud y con el sentido del bienestar personal. Comportamientos religiosos como rezar, ir a misa, leer textos religiosos o manifestar expresiones de confianza y fe amortiguan tanto a jóvenes como a personas mayores el estrés, por ejemplo, de un ingreso hospitalario o el derivado de enfermedades



¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra resiliencia?


PROBLEMA - ESTRATEGIA


Frustración, fallos en la vida - Sentido del humor, nuevas oportunidades, empezar de cero


Soledad - Disfrutar de las cosas buenas de la soledad, búsqueda de nuevos círculos


Pérdida de oportunidades, negación - Búsqueda de nuevas oportunidades


Insomnio, preocupaciones - Técnicas de higiene del sueño, afrontar los problemas


Soledad, recuerdos negativos - Conciencia plena, hacer actividades


Fragilidad, problemas físicos - Reajustar tareas, fortalecimiento, ejercicio


Pérdida de memoria - Ayudas mnésicas, ejercicio


Culpa, vergüenza, miedo - Pensamientos alternativos, explicación externalizadora, aceptación


Críticas de los demás o de uno mismo - Orgullo, autoeficacia


Tristeza y aburrimiento - Motivación, ejercicio físico, actividades


Problemas varios - Flexibilidad, motivación, perseverancia, proyecto de vida


Recuerda que en artículos anteriores trabajamos muchos recursos para la memoria, ejercicio, etc. Te invito a que los mires nuevamente y puedas sacar la información necesaria para mejorar tu resiliencia.


Te dejo a continuación el decálogo de la persona resiliente para que lo tengas como base a la hora de estimular la resiliencia.



Sacado de https://blog.fpmaragall.org/persona-resiliente


En los próximos artículos trataremos varios de estos temas para ir teniéndolos en cuenta a la hora de mejorar nuestra calidad de vida dentro del área de enfrentar y adaptarnos a los nuevos desafíos que trae el envejecimiento.


¡¡Ahora solamente queda poner manos a la obra!!



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